Tratamientos faciales
Tratamiento para pieles sensibles y reactivas
¿Sientes que tu piel reacciona con demasiada facilidad? ¿Ya no sabes qué hacer para eliminar esas antiestéticas rojeces? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, el tratamiento para pieles sensibles y reactivas es para ti. Descubre cómo recuperar la salud de tu rostro en tan solo tres sesiones.
¿Qué es la piel sensible y cuál es su fisiopatología?
A diferencia de lo que muchas personas piensan, la piel sensible no es un tipo, sino un estado. Es decir, que cualquier persona y cualquier tipo de rostro (graso, seco…) pueden presentar sensibilidad. La fisiopatología de la piel sensible se caracteriza por abarcar diversos mecanismos que contribuyen a la aparición de enrojecimiento, picazón e inflamación. Entre ellos, están:
- Una respuesta inmunitaria alterada: La piel sensible presenta una respuesta exagerada a estímulos que normalmente no causan reacciones. Esto puede estar relacionado con una mayor actividad de las células inmunitarias en la piel, como los mastocitos y linfocitos, que liberan sustancias proinflamatorias como histamina y citoquinas.
- Alteraciones en el manto hidrolipídico: Lo que causa una mayor pérdida de agua transepidérmica y facilita la penetración de irritantes y alérgenos en la piel. Esto puede llevar a un círculo vicioso en el cual la irritación de la piel provoca más inflamación y daño en la epidermis.
- Factores genéticos y ambientales: La predisposición genética y los factores ambientales también juegan un papel importante en la fisiopatología de la piel sensible. Los cambios en temperatura, la exposición a sustancias químicas agresivas y la falta de un cuidado adecuado pueden alterar el equilibrio natural y favorecer el desarrollo de la sensibilidad.

¿Cuáles son las causas y los síntomas de sensibilidad?
La sensibilidad de piel puede estar causada por factores externos e internos. Algunos factores, como la temperatura o el contacto con ciertos componentes pueden provocar una respuesta inflamatoria que revele el origen de la sensibilización. Normalmente se traduce en enrojecimiento, inflamación y picazón, pero los síntomas pueden ser otros muchos:
Eritema facial
Es una respuesta vascular mediada por diversos mecanismos fisiológicos. Estos incluyen la liberación de mediadores inflamatorios, como la histamina, que dilatan los vasos sanguíneos superficiales de la piel. La exposición al calor, el frío, el estrés o irritantes químicos, puede estimular la respuesta inflamatoria y aumentar el flujo sanguíneo en la zona, manifestándose en forma de enrojecimiento.
Sensación de comezón o prurito
La irritación se puede atribuir a una mayor permeabilidad de la epidermis que permite la penetración de irritantes y alérgenos. Además, la respuesta inflamatoria inducida por la liberación de histamina y las citocinas puede estimular los nervios causantes del prurito. La activación de los receptores de histamina y la sobreexpresión de neuropéptidos también pueden contribuir a la quemazón persistente.
Aparición de erupciones o urticaria
Cuando la piel entra en contacto con alérgenos, irritantes o cambios ambientales, los mastocitos liberan histamina como parte de una respuesta inmunitaria. Esta actúa sobre los vasos sanguíneos, provocando su dilatación o vasodilatación. Esta vasodilatación facilita el escape de líquido desde los vasos hacia los tejidos circundantes, lo que se traduce en la aparición de erupciones o urticaria. Estas manifestaciones se presentan como lesiones cutáneas elevadas, rojizas y a menudo pruriginosas-
Sequedad o descamación
La barrera cutánea comprometida puede tener una menor capacidad para retener la hidratación. Esto puede deberse a una disminución de lípidos naturales, como los ceramidas, que ayudan a mantener la integridad del manto hidrolipídico. Además, la respuesta inflamatoria crónica puede contribuir a la descamación, ya que puede afectar la renovación celular normal y altera la función de las glándulas sebáceas. Esto puede llevar a una pérdida de humedad y a la aparición de descamación.
Sensibilidad a productos o ingredientes
Algunos de los ingredientes empleados en los productos cosméticos, como las fragancias y los conservantes, pueden desencadenar una respuesta inflamatoria. Cuando la capa protectora de la piel está dañada, penetran con más facilidad y son percibidos como agresores por parte del sistema inmune.
Sensación de ardor o calor
La sensación de calor en las pieles vulnerables se debe a la activación de receptores de calor presentes en los nervios. Esta activación puede ser desencadenada por la liberación de mediadores inflamatorios (histamina, prostaglandinas), la respuesta de células inmunitarias (neutrófilos, linfocitos) y la dilatación de los vasos sanguíneos.
Presencia de manchas o parches ásperos
Cuando el ciclo de renovación de la piel se ve alterado, se produce una acumulación excesiva de células muertas en la superficie. Debido a esta renovación irregular, pueden aparecer manchas o cambios en la pigmentación. Sumado a la deshidratación, la consecuencia es una piel con manchas o parches ásperos.
Tendencia a desarrollar alergias cutáneas
Cuando los factores que causan irritación aparecen con frecuencia, la sensibilidad se cronifica y también la respuesta de los mediadores inflamatorios. Esto hace que el rostro se vuelva todavía más susceptibles a cambios internos y externos. En consecuencia, es más fácil que se desarrollen alergias de cualquier tipo, ya sea a los cosméticos que utilizamos, como a cambios en el entorno.

Cuidados para calmar las pieles hiperreactivas
Las personas que tengan pieles atópicas o reactivas deben prestar especial atención a su rutina de cuidado facial. La limpieza debe hacerse de manera suave: emplearemos limpiadores con Ph neutro, sin sulfatos ni perfumes, y evitaremos el uso de agua caliente.
La hidratación es un paso básico para fortalecer la capa córnea y evitar que manifieste síntomas ante cambios bruscos de temperatura. A la hora de elegir una crema hidratante para este tipo de piel, nos fijaremos en los principios activos. Evitaremos las que contienen aceites esenciales y daremos preferencia a las que contengan ácido hialurónico, ceramidas, avena coloidal, urea. Todos ellos nos ayudarán a restaurar y mantener unos buenos niveles de hidratación. Como último paso, aplicaremos protección solar de amplio espectro para proteger el rostro de la radiacción.
En cuanto a la dieta, es necesario evitar el consumo de alimentos picantes porque la capsaicina estimula los receptores de calor en la piel y pueden agravar la sensación de ardor. En cuanto al alcohol, debe evitarse por su acción vasodilatadora y deshidratante.
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PROTOCOLO
¿En qué consiste el tratamiento?
Tratamiento regenerador que recupera la microcirculación sanguínea, fortalece los capilares y restablece el Ph de la piel. Gracias a ello, se reestablece el mecanismo natural de defensa que evitará manifestaciones indeseadas ante cambios externos. Para obtener los mejores resultados, se recomienda realizar tres sesiones seguidas y luego una con carácter mensual.
Duración del tratamiento
50 minutos.
Tiempo de recuperación
No es necesario
Número de sesiones
Se recomiendan al menos 3 sesiones.
FAQ
Preguntas frecuentes
No te quedes con la duda. En Esencia Estética ® valoramos a todos nuestros pacientes sin coste. Deja que demos respuesta a tus preocupaciones con una valoración sin coste. Responderemos a todas tus preguntas y diseñaremos una solución a tu medida.
¿Por qué tengo la piel sensible y con rojeces?
La piel sensible y con rojeces puede estar causada por la presencia de problemas dermatológicos, como la dermatitis atópica o el acné rosácea, entre otros. Estas condiciones pueden manifestarse con enrojecimiento, sensibilidad y reacciones inflamatorias. En otros casos, puede ser simplemente una respuesta temporal a las agresiones externas o internas.
¿Cómo reconocer una piel sensible o intolerante?
Para reconocer una piel sensible, es importante prestar atención a los síntomas que muestra. Generalmente, es más susceptible a los efectos de agentes externos como la polución y los cambios de temperatura. También puede experimentar picor y otras molestias con mayor facilidad. Además, debido a que la barrera protectora de la piel está debilitada, es más propensa a la pérdida de hidratación, lo que resulta en sensación de sequedad y tirantez.
¿Cuál es la diferencia entre cuperosis y rosácea?
La cuperosis se caracteriza por la aparición de filamentos finos de color rojizo en mejillas, aletas de la nariz y mentón, conocidos como telangiectasias. Esta condición es originada por la dilatación de los vasos sanguíneos y no conlleva edema o hinchazón en la piel. En cambio, la rosácea es un trastorno inflamatorio crónico y episódico que que se manifiesta en forma de enrojecimiento difuso en mejillas, quijada, nariz y frente, acompañado de cuperosis, manchas y pústulas. En casos más severos, puede conducir al rinofima, que es el engrosamiento de la piel de la nariz.
¿Cuál es la diferencia entre cuperosis y telangiectasia?
La cuperosis se caracteriza por el enrojecimiento persistente en el área central de la cara, como las mejillas, la nariz y el mentón. Se debe a la dilatación crónica de los vasos sanguíneos en estas áreas y puede estar asociada con la piel sensible. En cambio, la telangiectasia se refiere a la dilatación de los vasos sanguíneos visibles en cualquier parte del cuerpo. En ciertos casos, la cuperosis puede ser considerada como una forma de telangiectasia, ya que implica la dilatación de vasos sanguíneos en el rostro. Sin embargo, la telangiectasia puede presentarse en otras partes del cuerpo y no está necesariamente asociada a la cuperosis.